«El 77% de los ciudadanos de la UE preferirían reparar sus dispositivos que reemplazarlos; y El 79% piensa que los fabricantes deberían estar legalmente obligados a facilitar la reparación de dispositivos digitales o la sustitución de sus piezas individuales». según informes actuales realizados por Eurobarómetro

La obsolescencia programada, también conocida como planificada recoge la idea de cómo las empresas fabrican los productos de tal manera que dejan de servir en un tiempo predeterminado. Es decir, un desgaste planificado que genera una mayor rotación en el consumo de ese determinado bien.

Son muchos los casos para ejemplificar este fenómeno. Desde el famoso caso de las bombillas, en el que los fabricantes acordaron producir bombillas que no superasen las 1000 horas de vida hasta los controvertida industria tecnológica con smartphones y ordenadores entre otros.

Este consumo acelerado programado por las compañías no ha pasado desapercibido para organizaciones defensoras del consumidor y medio ambiente, las cuales denuncian que en el caso de rotura, la reparación se puede convertir en una opción compleja y cara, dejando como única alternativa posible la compra de otro producto nuevo.

Con el objetivo de buscar mayor sostenibilidad en el mercado de la Unión Europea, el Parlamento Europeo ha propuesto el denominado “derecho a reparar” con el que busca que la alternativa del arreglo sea más atractiva. Ahora, en manos de la Comisión Europea, se espera que la norma entre en vigor en el año 2021.

Con esta nueva normativa las empresas tendrán que mantener disponible los repuestos de sus productos durante un periodo mínimo de 7-10 años según la categoría de producto.

Además, los fabricantes estarán obligados a mostrar de forma clara en el etiquetado del producto un índice que categorice la capacidad de un dispositivo para ser reparado, lo que en consecuencia contrarreste la depreciación de los productos, favoreciendo los mercados de bienes de segunda mano, promoviendo formas de producción más sostenibles.

En España aún se desconoce las fechas del comienzo de las medidas, aunque se espera que sea en un periodo corto debido a las directrices llegadas desde desde Europa.

El primer país donde se podrán ver en práctica estas medidas será Francia, que incluirá el etiquetado del índice de reparabilidad en productos de telefonía, imagen, ordenadores y electrodomésticos.