El entorno online ha obligado a las empresas a replantearse la forma en la que estas desarrollan sus negocios digitales o nuevos emprendimientos. El modelo long tail, propuesto por Chris Anderson, nos hace reflexionar sobre la forma en la que plantear un negocio en el contexto digital.

Siguiendo la Ley de Pareto, el 80% de los ingresos proviene del 20% de los productos más vendidos de una compañía, entre los que se pueden encontrar best sellers o grandes producciones audiovisuales, por ejemplo. Pero, ¿qué ocurre con el 80% de los productos restantes y que apenas tienen demanda? Estos bienes o servicios están ubicados en la denominada “long tail”, entre las que se pueden encontrar novelas o películas desconocidas, siguiendo ese mismo ejemplo.

Casos de éxito en el modelo Long Tail

Ante este panorama, las empresas han buscado la fórmula de aglutinar todos estos productos en una sola plataforma para venderlos. Y algunas la han encontrado. Amazon y Netflix, son dos claros ejemplos. Estas empresas cuentan con un catálogo muy amplio de productos de poca demanda y que compaginan con otros que sí la tienen. De esta manera, estas compañías han dejado de centrarse en un único mercado de nicho concreto para abarcar un espectro mucho más amplio, en el que sin embargo también tienen cabida una elevada cantidad de públicos específicos.

La mayoría de los negocios físicos están limitados en cuanto a espacio y, por tanto, en su catálogo. Estos negocios más tradicionales se decantan por productos de más salida o mayor rotación. Pero con el desarrollo de las nuevas tecnologías y el auge de Internet, esta situación ha cambiado y el número de productos que tienen cabida en el mercado es mucho mayor. El modelo long tail se sustenta en la oferta de una amplia variedad de productos de poca demanda, pero que en su conjunto suponen un volumen de pedidos e ingresos elevado.

En el Máster Universitario en Negocios Digitales de IUNIT se tratan temas como este.