En estas semanas a través de las experiencias vividas y de las sesiones impartidas por los profesores de IUNIT y de la Escuela de Inteligencia, (con sede en el campus de IUNIT), han podido conocerse y cultivar el asombro, comprender que ser universitarios no es solo acudir a clase, tomar apuntes o compartir un tiempo con tu grupo de amigos, supone disfrutar y apasionarte con aquello que estudias, comprometerte, liarte en aquello que merece la pena, perder el tiempo pero perderlo bien y aprender el arte de no llegar a todo. En definitiva conocerse, para estar dispuesto a vivir.

Álvaro González Alorda, afirmaba que «Cada vez que una universidad gradúa a un universitario que no lee se hace cómplice de un fraude: el de producir meros técnicos sin la hondura humana para comprender —ni contribuir a resolver— la enorme diversidad de retos que plantea el mundo de hoy». Pero es más cada vez que una universidad gradúa a un universitario que no ha vivido, también se hace cómplice.